El reto de toda mamá: ¿Cómo alimentar a un niño?
- Paula Ortega
- 28 feb 2021
- 2 Min. de lectura

Ser mamá es todo un reto
Como madres nos preocupamos por todo aquello que nuestros hijos se llevan a la boca. Nos es difícil olvidar que México tiene el primer lugar en obesidad infantil.
También nos horroriza saber que muchos de los alimentos favoritos de los niños son en su mayoría considerados comida procesada con una cantidad importante de sustancias nocivas (colorantes, azúcar, aspartame, glutamato, glúten) como lo son las hamburguesas, las galletas, los nuggets, helados y cereales de caja.
Como mamá y Health Coach me interesa que mis hijos consuman alimentos frescos, lo que yo considero #ComidaReal.
Es más fácil hacer elecciones saludables cuando cocinamos en casa y aunque los niños son muy quisquillosos para comer logramos negociar una mordida de ese brócoli a cambio de 10 minutos más de su caricatura favorita.
Luego vienen las famosas y frecuentes fiestas infantiles en las cuales sería demasiado estresante conocer el número real de cucharadas de azúcar refinada que consumen en cuestión de una hora entre el pastel, la mesa de dulces y los otros dulces que logran rescatar de la piñata.
Mi recomendación siempre será darles a escoger entre las casi 30 piezas de dulce existentes, unas cinco, digamos, porque retirarles todo es cruel y seamos honestas, es casi imposible.
En el día a día podemos hacer mucho por ellos para alimentarlos bien. Algo básico es acostumbrarlos a beber agua natural en lugar de jugos de caja o de bebidas hechas en casa, pero endulzadas incorrectamente. Beber agua simple es un hábito muy importante y creo firmemente que evita muchos problemas a futuro.
Es importante darles a probar diferentes cosas, que experimenten con sabores y texturas y que sean ellos quienes elijan.
Como mamá, nos sorprenderíamos
Sé de antemano que no es nada fácil, pero nos sorprenderíamos de los gustos que pueden tan exquisitos que llegan a tener algunos niños.
Por último, recuerden que las palabras podrían convencer, pero el ejemplo arrastra. Empecemos por nosotros como padres. Ahí está la clave.
Quizá mi speech de que la espinaca es hermosa y la amo no convence a mis hijos hoy por hoy, pero ellos me ven comerla y me ven amar la comida natural todos los días de su vida y sin forzarlos sé que mi ejemplo los encausará a una mejor salud en su vida adulta cuando sean ellos quienes elijan por completo sus alimentos.
Ser niño es lo máximo, pero ser un niño sano es una bendición. Las mamás introducimos el alimento de primera mano y es nuestra responsabilidad enseñarles sobre la comida, que más que una necesidad, créanme, es un seguro de vida.
Comments