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Temazcal: una increíble experiencia milenaria llena de magia

La hermosa tradición del temazcal data desde tiempos antiguos (más de 5 mil años de antigüedad) y se me hace una de las experiencias más mágicas que alguien puede experimentar.

Yo recomiendo al 100 por ciento hacerlo al menos una vez en la vida.

La palabra temazcal viene del nahuátl temazcalli: tema que significa “vapor” y calli que significa “casa”. Entonces se podría definir como una casa de vapor.

En el pasado estaban asociados con los centros ceremoniales y con rituales sagrados y se ha encontrado su presencia en varias otras culturas en Mesoamérica, como la de los mayas.

Aunque hoy en día está muy de moda como para hacer un “detox” de cuerpo (lo cual sí ayuda mucho), tiene un significado mucho más espiritual de lo que creemos, y al menos todas las veces que yo lo he hecho han sido experiencias mágicas en verdad.

Lo que he entendido de los temazcales que he experimentado, es que la idea de entrar en este espacio (normalmente debajo del nivel del piso) en la tierra, tapado y como en una especie de cueva es que representa el entrar de nuevo al vientre materno para limpiar y curar lo que tengas que sanar y “nacer” de nuevo al salir.

Lo que si me ha pasado es que me siento otra persona cuando he salido de cada uno de los temazcales que he hecho en mi vida.

La idea de estar en un lugar pequeño en completa oscuridad con otras personas se oye un poco aterrador, pero desde mi punto de vista eso es parte importante de la experiencia. Así comienzas a enfrentar esos miedos que en realidad no tienen mucho sentido una vez que los confrontas y vives en carne propia.

La idea del temazcal pequeño y oscuro puede ser aterradora

Al poner las piedras calientes en el centro del temazcal (las llamadas “abuelitas”) empiezas a sentir progresivamente el aumento de la temperatura del lugar, y esto hace que experimentes varias cosas, empezando por el calor que hace sudar tu cuerpo.

Normalmente asociamos esa sensación con estar incomodos, pero al final de cuentas a eso entraste en este lugar.

Luego comienzas a hacer las paces con tu cuerpo y con el hecho de que sude y empiece a sacar todo lo que ya no necesitas.

Posteriormente, ya cuando entraron todas las “abuelitas” se cierra por completo el temazcal y comienza oficialmente la ceremonia o el ritual, en el que siempre debe haber un guía que explica cada momento.

En los temazcales que he estado existen cuatro etapas, o “puertas”, como les llaman. Esto consiste en que vuelven a abrir la puerta del temazcal para introducir más piedras calientes, lo cual eleva cada vez más la intensidad de calor dentro del lugar.

El guía dirige los cantos y vierte pócimas de agua con hierbas naturales sobre las piedras, lo cual produce el vapor que respiras por la nariz y por todo tu cuerpo.

Los olores y las sensaciones son increíbles una vez que empiezas a hacer las paces con lo que tu cabeza cree que es “incómodo”.

Posteriormente, cuando te dejas ir con la guía de los cantos, de la música que se toca entre todos con tambores, sonajas y otros instrumentos, los olores y las sensaciones, al estar en completa oscuridad, comienzas a ver cosas que yo considero mágicas, aunque tengas los ojos abiertos.

La mayoría de las veces he visto colores, animales, personas, todo ello lleno de amor y compasión justo como una madre te lo mostraría

Durante cada “puerta”, la experiencia se va volviendo un poco más extrema físicamente, pero es la mente quien te hace creerlo: una vez que te concentras en tu respiración y en tu experiencia, todo fluye y comienzas a sanar, a sacar todo y recibir lo nuevo.

Al terminar la ceremonia sales gateando del temazcal, y cuando finalmente sales, respiras el aire y tomas agua o te dan una fruta para probar, sientes que es el mejor elixir que podrías estar probando.

El temazcal más increíble fue cuando lo hice al lado de la playa. Saliendo del temazcal corrí a nadar al mar y fue la sensación más hermosa y mágica de conexión con la naturaleza.

Todas las veces que lo he hecho, todos los que estamos nos quedamos sin palabras al salir, y es que es una experiencia tan profunda que quieres terminar de asimilar antes que comenzar a racionalizar y compartir.

Definitivamente es una experiencia que recomiendo que todo el mundo haga una vez en la vida.

Existen hoy en día muchos lugares donde se hacen y se pueden realizar con menos “puertas”, por si es muy extremo para ti.

Creo que es una de las mejores tradiciones que nos pudieron heredar nuestros ancestros y siempre es fácil acceder a una experiencia así. Así que, en cuanto se pueda, ¡deberíamos hacer un temazcal! ¡Aho!

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