Cuarzos y otras piedras: descubre su mágico y hermoso poder
- Ari Martínez
- 1 abr 2021
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 20 nov 2024

Cuando hablamos de cuarzos y otras piedras para protegernos o sanar estamos hablando de formas increíbles de utilizar esta maravillosa herramienta.
Viéndolo de forma muy simple, los cuarzos son agua y minerales fosilizados (y otras piedras contienen otros componentes) que al pasar los años van acumulando la energía sanadora y pura de la naturaleza, como el mar, la tierra, las montañas, otras rocas, animales, etcétera, con los que ese cuarzo o piedra interactuó.
Recordando que todo lo que existe entre moléculas es energía, los cuarzos —en especial— son cristales que pueden almacenar esa energía y también ayudarnos a limpiarla cuando es necesario.
Si se recolecta un cuarzo directamente desde la naturaleza (en una cueva o mina) sería idea para llevarlo y utilizar esa energía reparadora de la naturaleza para uno mismo o para alguien más.
Si se manipuló, por ejemplo, para pulirlo y darle alguna forma para joyería, es necesario realizar un pequeño ritual de limpieza y, posteriormente, darle una intención a ese cuarzo y su uso.
La mayoría de los cuarzos y otras piedras tienen millones de años de antigüedad y se formaron en las primeras etapas de la formación de la Tierra.
Por tal motivo, podríamos pensar en ellos como objetos que han guardado información a la que han estado expuestos durante todos esos años, ¡increíble!
Los cuarzos guardan la energía en forma de información y la pasan a cualquier otra persona que esté en contacto con él.
Los cristales son de los objetos con mayor estructura molecular en su composición que existen en la naturaleza, por eso pueden responder a los estímulos de diferentes energías a su alrededor y, de igual forma, pueden emitir dichas energías.
Está científicamente comprobado que los cristales pueden funcionar como depósitos de alta cantidad de información.
Los cuarzos y otras piedras son esenciales hoy
Hoy en día se utilizan los cristales en mucha de la tecnología que consideramos esencial (como en nuestros celulares, computadores, satélites, etc.).
Existen pruebas de que se han utilizado cuarzos y otras piedras a lo largo de toda la historia de la humanidad como objetos de adoración, amuletos, en símbolo de unión (como los diamantes), en coronas como adornos, en rituales de sanación y se han relacionado siempre de manera directa con la espiritualidad.
Mucha gente los usaba (y los seguimos utilizando) como objetos de “buena energía” que llevamos cerca del cuerpo para la función e intención que queramos usarlos.
Hay algunas piedras que por su composición física y emisión de energía pueden utilizarse para diferentes propósitos (desde claridad mental, hasta protección o sanación de algo emocional o físico).
Al entender que existe una gran variedad de cuarzos y otras piedras, podemos abrirnos a un mundo de herramientas maravillosas para la sanación en cualquiera de sus modalidades.
En lo personal, siempre me han gustado las piedras, sobre todo los cuarzos, desde que era pequeña y siempre tengo algunos cerca de mi cuerpo, cerca de donde duermo y donde trabajo.
El cómo elegir el cuarzo o piedra perfecta es una cuestión de resonancia: la que sientas que “te llame” esa es, no cuestiones, escucha a tu intuición, ya que nunca se equivoca.
En otros artículos explicaré un poco más de cada una de las diferentes piedras que existen, para qué sirven y cómo pueden ayudarnos.
Podemos empezar por los cuarzos blancos o transparentes, son los más sencillos de conseguir y de utilizar.
Lo más importante es saber cómo limpiarlos para luego programarlos.
¿Cada cuándo deben limpiarse?
Cada vez que han cumplido una función o que cambian de dueño; si se llegan a usar más seguido para sanación o meditación, es necesario limpiarlos cada semana, de ser posible, aunque lo que yo recomendaría sería una vez al mes o cada tres o seis meses si no se utilizan mucho.
¿Cómo limpiar tu cuarzo?
Existen varias formas de limpiarlos. La ideal sería en el agua de un río o en el mar, pero hoy en día no todos tenemos acceso a estas maravillas de la naturaleza.
De ser ese el caso podemos, primero, enterrarlos en tierra durante un par de días o una semana, como máximo.
Si es una emergencia, puedes meterlo unas tres horas en el congelador. Posteriormente hay que depositarlos en un recipiente de agua con sal de mar (sin yodo, pues podría dañar el cuarzo) y dejarlo a la luz de la luna, de preferencia llena, para que pueda obtener mayor luz.
Entonces, se deja todo un día al sol y, ¡listo!
Adicionalmente, si quieres lo puedes limpiar con el humo de copal o salvia, que son muy poderosos para limpiar.
Con esto queda limpio, pero ojo, ahora es como un disco vacío sin nada de información.
El siguiente paso es igual de importante que el primero. Hay que colocar la intención de ese cuarzo.
Colócalo entre tus manos, respirando profundo, conectando con lo más profundo de tu ser, y pensando y sintiendo toda la intención que quieres depositarle a ese cuarzo, visualiza que transmites desde tu corazón esta intención al cuarzo y que se quede guardada y sellada hasta que cumpla su función.
Ahora sí, el cuarzo está listo para usarse, ponértelo o conservarlo.
El cuarzo transparente se asocia con el chakra corona y se le conoce como el cristal maestro de la sanación. Este amplifica la energía, los pensamientos y las vibraciones de otras piedras. Con frecuencia se utiliza para conectarte con tu yo superior, tu intuición y tus guías espirituales.
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